lunes, 11 de noviembre de 2013

Test por El Escorial



Estamos en noviembre y el termómetro marca casi 20 grados centígrados, cuesta creerlo pero así es. Aunque mirando la previsión, parece que para mañana la cosa cambiará así que decido terminar pronto mis tareas para después de comer darme un pequeño paseo por la sierra y probar en algunas carreteras sinuosas qué tal responde el amortiguador nuevo y los neumáticos.
Desde Madrid, la elección es clara y tomo la A-6 para desviarme en la salida a Las Rozas y pasando por delante del Gaztelubide –lugar de reunión de los moteros madrileños del foro de bmwmotos.com- subir por el Alto de Galapagar. Son las dos de la tarde y apenas hay tráfico, el asfalto tiene una temperatura muy buena así como los neumáticos de la moto, así que vamos allá. En las rotondas de acceso desde que se abandona la A-6 voy notando cómo reacciona la moto y se nota mucha mejora, tanta que parece esté a punto de caerse en las rotondas y su única pega es el peso de esta moto que nunca te abandona –como el desodorante- pero lidiar con él es mucho más sencillo con estos neumáticos. Me habían comentado que son ruidosos y lo cierto es que sí que tienen algo de ruido de rodadura, pero como llevo tapones casi ni me entero –pero sonar suenan más que otros neumáticos- lo importante es cómo van y desde luego a nada que compares con mis últimos neumáticos –Bridgestone TW- van mucho mejor en carretera, más aplomados, ágiles y con mejor agarre: transmiten mucha confianza. Es evidente que también tiene mucho que ver el nuevo amortiguador, un Hagon de precioso –y deportivo- color rojo que lee la carretera con mucha fidelidad pero nunca se descompone y hace a la moto que “flote” algo más pero a cambio la hace muy confortable de conducir. La carretera del Alto de Galapagar no es de mis favoritas, suele haber bastante tráfico y muchos conductores de coche que van “de carreras” –una chica con un Astra Coupé se ha picado un par de curvas conmigo- pero a nada que te apliques, la moto responde fenomenal, no se descompone en ningún momento y los neumáticos le dan un plus extra de agilidad a la moto para tomar las retorcidas y peraltadas curvas de este sinuoso “puerto”.
Una vez en Galapagar, la idea es ir hasta El Escorial para subir un tramo el Puerto de Abantos por la entrada al Arboreto de Luis Ceballos.  Una carretera retorcida, con curvas de herradura puertas canadienses, umbrías y algo de tráfico peatonal o ciclista hacen que extreme las precauciones pero desde luego demuestran lo bien que va la moto: al amortiguador responde sin problema a los socavones que hay en la subida al puerto y los neumáticos no dan ningún susto, al contrario ofrecen seguridad y agilidad en el mismo paquete.
Me gustan mucho la seguridad que transmite el amortiguador porque es aplomado pero filtra muy bien los baches y las irregularidades del terreno, es sensible pero no flojo, al contrario en todo caso –al subirse uno, apenas cede- pero desde luego tras llevar un buen tiempo un amortiguador agotado y que prácticamente sólo trabajaba con el muelle, la sensación de aplomo y seguridad en curvas y de tragarse los baches sin hacer ningún extraño uno recupera las buenas sensaciones de montar en moto sin miedo a encontrase un agujero en el asfalto o rodar por asfalto muy degradado, y a mayor seguridad mayor disfrute.
Estoy contento y cada vez más convencido de la elección que hice de neumáticos y del amortiguador comprado gracias a las gestiones de amigos del foro de Varadero , y más viendo que las BMW de nueva hornada, como la flamante y presentada en el EICMA de Mián GS 1250 LC Adventure lleva los mismos neumáticos de serie.
No tengo mucho interés en probarlos en campo, quería unos neumáticos que respondieran bien en duración, seguridad en invierno –lluvia, hielo, asfalto frío- y creo que los ANAKEE III cumplen sobradamente, al menos en agarre, agilidad y sensaciones. Espero poder comprobarlo durante muchos kilómetros.
Por ahora la moto, está perfecta. Además, he observado que tras el cambio de aceite de Repsol 15/50 por el Castrol Power 15/50 la moto apenas gasta aceite, aunque no sé si será por al mismo aceite o porque ya pasó el calor del verano que hace sufrir más el motor. El caso es que se “traga” menos aceite.
Lo dicho, que con 187.000 km. parece que “Charo” está teniendo una segunda juventud.

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